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Documento de consenso para la determinación e informe del perfil lipídico en laboratorios clínicos españoles: ¿Qué parámetros debe incluir un perfil lipídico básico?
Associated Data
Resumen
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo la principal causa de muerte en nuestro país. El control adecuado de las alteraciones del metabolismo lipídico es un reto clave en prevención cardiovascular que está lejos de alcanzarse en la práctica clínica real. Existe una gran heterogeneidad en los informes del metabolismo lipídico de los laboratorios clínicos españoles, lo que puede contribuir al mal control del mismo. Por ello, un grupo de trabajo de las principales sociedades científicas implicadas en la atención de los pacientes de riesgo vascular hemos elaborado este documento con una propuesta básica de consenso sobre la determinación del perfil lipídico básico en prevención cardiovascular, recomendaciones para su realización y unificación de criterios para incorporar los objetivos de control lipídico adecuados al riesgo vascular de los pacientes en los informes de laboratorio.
Introducción
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) que incluyen la cardiopatía coronaria y el accidente cerebrovascular, siguen siendo la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo [1]. En nuestro país son la primera causa de muerte, por delante de los tumores y de la COVID-19 incluso en el año de su mayor expresión clínica [2]. La arteriosclerosis, como proceso patológico subyacente a la mayoría de las enfermedades cardiovasculares, es una enfermedad que se desarrolla durante décadas y cuyos principales factores de riesgo están bien caracterizados. Uno de los factores de riesgo cuyo tratamiento ha demostrado ser capaz de reducir la morbimortalidad cardiovascular es la dislipidemia [3, 4]. A pesar de disponer de un amplio arsenal terapéutico para el tratamiento de la misma, el grado de control de las alteraciones lipídicas es claramente subóptimo, en especial en los pacientes de riesgo cardiovascular (muy) elevado, en los que la reducción de riesgo absoluto es más importante [5], [6], [7], [8].
Recientemente se han actualizado las Guías Europeas de prevención cardiovascular [9], que son las suscritas por las principales sociedades científicas españolas implicadas en la atención de estos pacientes, incluido el CEIPV (Comité Español Interdisciplinario de Prevención Vascular) [10], [11], [12], [13].
Frente a un amplio consenso sobre los objetivos de tratamiento hipolipemiante ajustado al riesgo vascular, los informes de los laboratorios de bioquímica continúan ofreciendo valores de referencia basados en la distribución de los valores en la población general, eludiendo con frecuencia informar de los valores ‘deseables’ en función del riesgo vascular de los pacientes y grado de ERC (enfermedad renal crónica) vascular de los pacientes. Pese al documento SEA (Sociedad Española de arteriosclerosis)- SEC(Sociedad Española de Cardiología) 2018 [14, 15], muchos informes describen como ‘normales’, valores lipídicos muy por encima de los valores ‘deseables’ en términos de prevención cardiovascular [16] o como ‘anormalmente bajos’ valores lipídicos deseables desde el punto de vista de prevención cardiovascular. Esta información puede ser malinterpretada conduciendo a la abstención terapéutica en pacientes con valores ‘normales’ y la reducción de la intensidad del tratamiento de pacientes con ‘valores anormalmente bajos’. Por ello, un grupo de trabajo de las principales sociedades científicas implicadas en la atención de los pacientes de riesgo vascular, hemos elaborado este documento con una propuesta básica de consenso sobre la determinación del perfil lipídico básico en prevención cardiovascular, recomendaciones para su realización y unificación de criterios para incorporar los objetivos de control lipídico adecuados al riesgo vascular de los pacientes en los informes de laboratorio [17, 18].
Consideraciones preanaliticas
¿Cómo, cuándo y a quién debemos solicitar un perfil lipídico?
La determinación del perfil lipídico es necesaria para conocer el riesgo de presentar enfermedad cardiovascular de la población aparentemente sana o condiciones clínicas de especial riesgo, incluidos los pacientes que van a ser sometidos a cirugía cardiaca. También se requiere para la monitorización de la eficacia terapéutica y la adherencia al tratamiento hipolipemiante. Es imprescindible en prevención cardiovascular especialmente en personas de alto riesgo o con familiares de alto riesgo. Así mismo permite descartar la posible elevación de los parámetros lipídicos secundaria a otras patologías. El grupo de trabajo considera una referencia adecuada las recomendaciones recientes de la Sociedad Europea de Cardiología [9], recientemente traducidas [10] y suscritas por el Comité Español de Prevención Vascular [13] (Tablas 1A and andBB).
Tabla 1A:
Determinación de lípidos para valoración de riesgo vascular [19].
Pacientes sin tratamiento hipolipemiante |
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Monitorización de eficacia terapéutica y adherencia al tratamiento hipolipemiante |
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Tabla 1B:
Objetivos lipídicos según riesgo cardiovascular [9].
En RCV muy alto se recomienda una reducción del 50 % del valor basal y un objetivo de c-LDL <1,4 mmol/L (<55 mg/dL), colesterol no HDL <85 mg/dl y ApoB <65 mg/dL. En RCV alto, se recomienda una reducción del 50 % del valor basal y un objetivo de c-LDL<1,8 mmol/L (<70 mg/dL), colesterol no HDL <100 mg/dL y ApoB <80 mg/dL. En RCV moderado, se debe considerar un objetivo de c-LDL < 2,6 mmol/L (<100 mg/dL) colesterol no HDL <131 mg/dl y ApoB <100 mg/dL. En RCV bajo, se puede considerar un objetivo de c-LDL < 3,0 mmol/L (<116 mg/dL). |
Sospechar hipercolesterolemia familiar en pacientes que tengan enfermedad cardiovascular arteriosclerótica antes de los 55 años (varones) o de los 60 (mujeres), en personas con un familiar que haya tenido ECV prematura, quienes tengan familiares con xantomas tendinosos, pacientes con c-LDL muy aumentado (adultos, >5 mmol/L [190 mg/dL]; niños, > 4 mmol/L [150 mg/dL]) y familiares de primer grado de pacientes con hipercolesterolemia familiar. |
Para los niños, se recomienda realizar las pruebas desde los 5 años o antes cuando se sospeche hipercolesterolemia familiar homocigota (HFHo). |
Factores que influyen en la determinación del perfil lipídico del paciente
Múltiples factores pueden influir en los parámetros analíticos; preferiblemente, la toma de muestra debe realizarse en un estado “metabólicamente estable” [20].
Estilo de vida y condiciones fisiopatológicas del paciente:
- (a)Deben mantenerse hábitos estables las dos semanas previas a la extracción.
- (b)No realizar ejercicio físico extremo previo a la extracción.
- (c)Permanecer sentado 15 minutos previos a la extracción.
- (d)Se recomienda para la estandarización de la flebotomía: Obtención de la sangre venosa con el paciente en posición sentada, (puede existir concentración más baja de CT y c-LDL en posición supina).
- (e)
- (f)
- (g)Se recomienda una determinación de parámetros lipídicos tras síndrome coronario agudo (u otro proceso isquémico agudo) en las primeras 24 h [27–29]. Si se realiza >24 h después del proceso agudo, debe tenerse en cuenta en la toma de decisiones que los niveles de colesterol total y LDL pueden estar disminuidos en relación con los habituales del paciente. Se recomienda la determinación de los niveles de Lp (a) en los pacientes en los que no se haya determinado previamente. Aunque los niveles de Lp (a) pueden elevarse en el contexto de un proceso agudo, la variación es modesta [30, 31], lo que permite detectar a pacientes con Lp (a) marcadamente elevada en fase precoz.
¿Es necesario el ayuno para el análisis del perfil lipídico?
- –La mayor parte de las determinaciones lipídicas ofrecen resultados similares independientemente de la situación de ayuno del paciente [32].
- –Las principales guías clínicas no exigen ayuno al menos para una evaluación inicial del riesgo o para diagnosticar una hipercolesterolemia aislada como Hipercolesterolemia familiar o Lp(a) elevada sin elevación concomitante de triglicéridos. Los lípidos sin ayunas pueden predecir mejor el riesgo de ECVA ya que reflejan mejor el estado postprandial del paciente y la influencia del riesgo residual [33].
- –La concentración de triglicéridos es la única magnitud que cambia significativamente tras la ingesta [33]. Dada la inexactitud de la ecuación de Friedewald en pacientes con Tg>150 mg/dL es preferible realizar la estimación de c-LDL por la fórmula de Martin/Hopkins [34] (Material Suplementario Tabla S3) o utilizar el c-No HDL en estos pacientes.
- –Se recomienda ayuno si Tg≥4,5 mmol/L (≥398 mg/dL), antes de iniciar tratamientos farmacológicos que pueden causar hipertrigliceridemia grave (p. ej., isotretinoína), en individuos genéticamente predispuestos, con historia de pancreatitis hipertrigliceridémica y cuando se realicen pruebas de laboratorio adicionales que requieran muestras en ayunas o matutinas (p. ej. glucosa en ayunas o marcadores con ritmo circadiano).
- –Las mediciones de los perfiles de lípidos en ayunas y no ayunas deben considerarse complementarias y no mutuamente excluyentes.
- –Las determinaciones de colesterol y triglicéridos se realizan de modo habitual mediante métodos enzimáticos con una variabilidad de las determinaciones inferior al 10 % (Material Suplementario Tabla S2) [18]. No obstante, debido a la variabilidad biológica intraindividual y en las condiciones de recolección de la muestra de los parámetros lipídicos (≈20 % para triglicéridos y≈10 % para c-HDL y c-LDL) es razonable realizar una segunda determinación de parámetros lipídicos en los pacientes en prevención primaria que no tengan una indicación claramente establecida para iniciar tratamiento hipolipemiante sin demora [18].
Consideraciones analíticas
¿Se debe informar de la metodología analítica?
La cuantificación de parámetros lipídicos debe realizarse siempre con la misma metodología. En caso de producirse un cambio, éste debe ser notificado. El conocimiento del método analítico empleado para la determinación de parámetros lipídicos es necesario, ya que pueden existir diferentes interferencias o interpretaciones erróneas.
Métodos para determinar el c-LDL
El método de referencia para la determinación de c-LDL es la separación de lipoproteínas en gradiente de densidad por ultracentrifugación, una técnica tediosa y sólo disponible en laboratorios especializados. Por este motivo, tradicionalmente se realiza una estimación a partir de la medición del colesterol y triglicéridos totales (por métodos enzimáticos) y la determinación directa del colesterol HDL. La fórmula de Friedewald es la utilizada con más frecuencia [35].
Fórmula de Friedewald para la estimación del Colesterol LDL (en mg/dL):
La fórmula de Friedewald asume la ausencia de quilomicrones y una proporción fija de colesterol/Tg en las VLDL (1/5 en mg/dL; 1/2.2 en mmol/L). Debido a que la relación Tg/Colesterol en las VLDL aumenta progresivamente a medida que la hipertrigliceridemia se acentúa, la ecuación sobrestima el colesterol de las VLDL y por tanto, subestima el c-LDL en pacientes hipertrigliceridémicos. La ecuación presenta una exactitud aceptable cuando la concentración Tg es<200 mg/dL y a partir de TG>400 mg/dL no debe utilizarse. (Recomendación 4).
La ecuación de Martin-Hopkins reemplaza el número 5 de la estimación de Friedewald (c-VLDL=Tg/5) por divisores que varían según los valores de Tg y c-no HDL del paciente (Material Suplementario Tabla S3) [34]. La ecuación de Martin-Hopkins muestra una mejor precisión que la de Friedewald para Tg>150 mg/dL, para niveles de c-LDL <100 mg/dL, y especialmente para <70 mg/dL.
La fórmula de Sampson es más compleja y presenta resultados similares a la de Martin- Hopkins para pacientes con Tg<400 mg/dL, por lo que es de uso menos frecuente. En los pacientes con Tg>400 mg/dL no es recomendable el uso de fórmulas para la estimación del c-LDL por su menor fiabilidad.
La ultracentrifugación, método clásico de referencia para la determinación de c-LDL, es un método laborioso que sólo se emplea en laboratorios muy especializados. Disponemos de un método directo para su cuantificación, preciso y ampliamente disponible en muchos laboratorios. La implementación de este marcador se recomienda cuando los triglicéridos son superiores a 400 mg/dL o LDL <70 mg/dL, situación en la cual las fórmulas de estimación del c-LDL son más inexactas [34].
Si no se dispone de determinación directa de c-LDL se recomienda el uso del c no-HDL como marcador del colesterol ‘aterogénico’ [36] o la determinación de apolipoproteina B (ApoB). El c no-HDL no requiere la determinación de Tg, no se ve influido por el ayuno y tiene una alta correlación con los niveles de ApoB.
En pacientes con elevación importante de Lp(a), la estimación de c-LDL debe corregirse con la fórmula:
La posible elevación de Lp(a) debe tenerse en consideración en especial en pacientes subsaharianos, pacientes con síndrome nefrótico, en diálisis peritoneal o con un descenso de c-LDL deficiente tras recibir tratamiento hipolipemiante.
Consideraciones postanalíticas
Marcadores de ‘normalidad’ y alertas
El laboratorio clínico es clave para la estimación del riesgo cardiovascular de los pacientes con dislipidemia. Es de vital importancia establecer valores de referencia diferenciados para la población pediátrica.
Es deseable que las determinaciones lipídicas se referencien a los valores deseables en términos de riesgo y prevención cardiovascular [14], [15], [16]. En la Tabla 2, se muestran los valores deseables de los principales parámetros lipídicos de las sociedades Europeas de Cardiología, Arteriosclerosis y Medicina de Laboratorio (España) 2019 [17–19] para adultos.
Tabla 2:
Valores lipídicos deseables adultos según las sociedades Europeas de Cardiología, Arteriosclerosis y Medicina de Laboratorio [17–19].
Parámetro | Valor deseable adultos |
---|---|
Colesterol total | <200 mg/dL (5,17 mmol/L) |
Colesterol-HDL | >50 mg/dL Mujeres (>1,29 mmol/L) |
>40 mg/dL Hombres (1,03 mmol/L) | |
Colesterol No- HDL | Valores recomendados según el RCV |
– Prevención secundaria y RCV Muy alto <85 mg/dL (<2,2 mmol/L) | |
– RCV Alto <100 mg/dL; (<2,6 mmol/L) | |
– RCV Moderado <130 mg/dL (<3,4 mmol/L) | |
Colesterol LDL | Valores recomendados según RCV |
– Prevención secundaria y RCV Muy alto <55 mg/dL (<1,4 mmol/L) | |
– RCV Alto <70 mg/dL (<1,8 mmol/L) | |
– RCV Moderado <100 mg/dL (<2,6 mmol/L) | |
– RCV Bajo <116 mg/dL (<3 mmol/L) | |
Colesterol de partículas residuales | <30 mg/dL (0,78 mmol/L) en ayunas < 35 mg/dL (0,91 mmol/L) no enayunas |
Triglicíridos | TG <150 mg/dL en ayunas (<1,69 mmol/L) |
(TG <175 mg/dL no en ayunas) (<1,97 mmol/L) | |
Apolipoproteína B | Valores recomendados según RCV |
– Prevención secundaria y RCV Muy alto <65 mg/dL (<1,27 mmol/L) | |
– RCV Alto <80 mg/dL (<1,56 mmol/L) | |
– RCV Moderado <100 mg/dL (<1,95 mmol/L) | |
Lp (a) | <50 mg/dL (<105 nmol/L) |
RCV, riesgo cardiovascular; Lp (a), lipoproteína (a) HDL, lipoproteínas de alta densidad; LDL, lipoproteínas de baja densidad. Colesterol de partículas residuales = CT–c-LDL–c-HDL.
Aquellos valores que puedan ser considerados como “críticos” deben incorporar una alerta al médico peticionario, como se muestra en la Tabla 3.
Tabla 3:
Alertas recomendadas para el Sistema informático/Informe de Laboratorio.
Parámetro | Valor crítico | Alerta |
---|---|---|
Colesterol total | 310 mg/dL | Paciente de alto riesgo vascular |
Triglicéridos | TG>880 mg/dL | Hipertrigliceridemia severa con riesgo de pancreatitis aguda |
Colesterol LDL adultos | >190 mg/dL | Considerar hipercolesterolemia familiar heterocigota |
Colesterol LDL adultos | >500 mg/dL | Considerar hipercolesterolemia familiar homocigota. |
Triada lipídica aterogénica | Si: TG>150 mg/dL y c-HDL<30 mg/dL c-LDL/ApoB<1,3 o Tg/c-HDL>2 | Triada lipídica orientativa de dislipidemia aterogénica de muy alto riesgo vascular |
Lipoproteína (a) | >120 mg/dL (260 nmol/L)a | Riesgo muy elevado de enfermedad cardiovascular aterosclerosa y estenosis de la válvula aórtica |
Apolipoproteína A 1 | <10 mg/dL | Valorar Hipoalfalipoproteinemia |
Apolipoproteína B | <10 mg/dL | Valorar Hypobetalipoproteinemia |
aEstimacion según document consenso EAS /EFLM.
¿Qué parámetros tiene que incluirse en un perfil lipídico básico?
El perfil lipídico básico debe incluir la determinación de colesterol total, colesterol HDL, triglicéridos, colesterol no-HDL y colesterol LDL [9, 19, 37–39] (Figura 1).
Los documentos de consenso de la Sociedad Europea de Arteriosclerosis y la Sociedad Europea de Medicina de Laboratorio recomiendan también la estimación de partículas remanentes [9], [10], [11], [12], [13], [14], [15], [16], [17]. La lipoproteína (a) elevada confiere un aumento del riesgo vascular, por lo que su determinación es también aconsejable al menos una vez en la vida del paciente dado que los niveles están determinados sustancialmente por la genética [9], [10], [11], [12], [13], [14], [15], [16], [17].
En los pacientes con Tg>400 mg/dL es recomendable la determinación directa del c-LDL para obtener cifras más fiables [40]. Si está disponible, la determinación de ApoB es un marcador de especial interés, puesto que es el mejor marcador del número de lipoproteínas aterogénicas [41]. Si la determinación directa de c-LDL o ApoB no están disponibles, puede usarse como aproximación el colesterol no HDL.
¿ Cual es la utilidad de determinar colesterol no HDL?
La estimación del colesterol no HDL, es un cálculo sencillo (colesterol total – c-HDL), representa el colesterol de las lipoproteínas aterogénicas y tiene una elevada correlación con los niveles de ApoB. Es el parámetro lipídico de referencia para la estimación del riesgo vascular con las ecuaciones SCORE2 (Systematic Coronary Risk Evaluation) y SCOREOP (Systematic Coronary Risk Evaluation old people) [9, 42, 43]. Una ventaja adicional es que no está afectado por el ayuno, puede determinarse en pacientes con concentración de Tg>400 mg/dL o servir de orientación en laboratorios que no dispongan de determinación de LDL directo o ApoB [44].
¿Cuándo usar apolipoproteína B?
La ApoB Es un excelente predictor de eventos cardiovasculares ya que esta apoproteína está presente en las principales lipoproteínas aterogénicas: LDL, lipoproteína a, VLDL e IDL [41], [42], [43], [44], [45]. La medición de ApoB es equivalente a cuantificar el número de lipoproteínas aterogénicas, ya que cada una de ellas contiene una única molécula de ApoB. Los valores de ApoB no varían por la situación de ayuno. El número de lipopartículas puede también medirse mediante RNM (resonancia magnética nuclear), pero esta técnica no está disponible en práctica clínica asistencial [46].
La ApoB tiene un valor especial en personas con triglicéridos elevados, diabetes mellitus, obesidad, Síndrome metabólico o c-LDL muy bajo, en los que la medición o estimación de colesterol LDL puede ser inexacta, además de no recoger el componente aterogénico de otras lipoproteínas.
La determinación de ApoB no suele formar parte del perfil lipídico estándar y de los modelos de estimación del riesgo de ECVA (enfermedad cardiovascular aterosclerosa). Los trastornos monogénicos como la hipercolesterolemia familiar (HF) puede reconocer fácilmente a partir del panel de lípidos estándar sin necesidad de medir la ApoB (Material Suplementario Tabla S4) [47]. Por otro lado, la concentración de ApoB puede ayudar en la tipificación de dislipidemias más severas como la hiperlipidemia familiar combinada y la disbetalipoproteinemia familiar [48] (Material Suplementario Tabla S6).
¿Cuándo determinar lipoproteína (a)?
Se recomienda determinar Lp (a) al menos una vez en la vida para estimación de riesgo vascular [9, 49], [50], [51], [52]. Esta determinación es especialmente relevante en pacientes con enfermedad cardiovascular prematura, hipercolesterolemia familiar, pobre respuesta al tratamiento con estatinas, estenosis aórtica o eventos isquémicos recurrentes y obviamente los familiares de pacientes con Lp (a) elevada. Los pacientes con Lp (a) muy elevada (>180 mg/dL/>430 nmol/L) tienen un riesgo cardiovascular equivalente a la de los pacientes con hipercolesterolemia familiar heterocigota [53, 54]. Uno de los problemas de la medición de Lp (a) es la variabilidad de resultados con distintas técnicas de detección y la ausencia de una equivalencia directa entre los niveles reportados en mg/dL y nmol/L según las distintas isoformas de apoproteína (a).
La determinación de Lp (a), debido a su marcada influencia genética y falta de tratamientos farmacológicos específicos, debe determinarse únicamente una vez en la vida. Las excepciones a esta regla son la transición a la menopausia, el embarazo, el uso de anticonceptivos orales, la enfermedad renal crónica o síndrome nefrótico o cuando se administre un tratamiento específico para reducir la Lp (a) o para modular las opciones terapéuticas aconsejables, como el uso de inhibidores de PCSK9 [55].
¿Debemos valorar la inflamación en el paciente con arteriosclerosis?
Los procesos inflamatorios crónicos se asocian con un aumento del riesgo cardiovascular independiente del riesgo atribuible por los factores convencionales [56]. La proteína C reactiva de alta sensibilidad es el parámetro analítico que más se ha empleado como marcador de inflamación de baja intensidad. Presenta alta variabilidad y no existe un consenso definido de los valores que deben considerarse como ‘elevados’ para la estimación del riesgo vascular [19].
Innovación en el diagnóstico de dislipidemias: parámetros necesarios para resolución de una e−consulta
Con el fin de poder realizar una adecuada resolución de la consulta de manera ágil y eficaz, los parámetros mínimos recomendados a incluir en e–consultas para el diagnóstico de dislipidemias se recogen en la Tabla 4.
Tabla 4:
Datos de referencia necesarios para evaluación riesgo cardiovascular en e–consulta.
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Agradecimientos
A todas las sociedades científicas integrantes en la elaboración del documentos y presidentes de sus respectivas sociedades por el apoyo a la elaboración del documento.
Agradecimiento a los colaboradores: Comisión de Lípidos y Enfermedades Vasculares de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio y Grupo de Trabajo de Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología.
Nuria Amigó Grau. Biosfer Teslab, IISPV, CIBERDEM, Universidad Rovira i Virgili, Tarragona, España; Pilar Calmarza Calmarza. Departamento de Bioquímica, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España; Silvia Camòs Anguila. Servicio de Bioquímica Clínica, Hospital Hospital Universitari de Girona Josep Trueta; Beatriz Candás Estebanez. Laboratorio Clínico, Hospital de Barcelona; María José Castro Castro. Laboratorio Clínico Hospital Universitario de Bellvitge, Barcelona, España; Carla Fernández Prendes. Laboratorio de Bioquímica Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, Barcelona, España; Irene González Martínez. Servicio de análisis clínicos, Hospital 12 de Octubre, España; María Martín Palencia. Hospital Universitario de Burgos, España; Carlos Romero Román. Laboratorio de Bioquímica Clínica, Hospital de Albacete, España; José Puzo Foncillas. Laboratorio Hospital General San Jorge, Huesca, España; Almudena Castro Conde. Unidad de Rehabilitación Cardiaca, Servicio de Cardiología, Hospital Universitario La Paz, Madrid, España; Rosa Fernández Olmo. Servicio Cardiología Hospital Universitario de Jaén, España.
Notes
Material Suplementario
Este artículo incluye material suplementario (https://doi.org/10.1515/almed-2023-0010).
Footnotes
Nota de artículo: La versión traducida del artículo puede encontrarse aquí: https://doi.org/10.1515/almed-2023-0047.
Financiación del proyecto: No declarada.
Contribución de los autores: Todos los autores aceptan su responsabilidad en relación al contenido del manuscrito y aprueban su presentación.
Conflicto de intereses: La organización que financió el estudio no participó en el diseño del estudio ni en la obtención, análisis e interpretación de los datos, o en la redacción del manuscrito o en la decisión de enviar el manuscrito para su publicación.
Consentimiento informado: No aplica en la elaboración de este documento de recomendaciones.
Aprobación ética: La Junta de Revisión Institucional local consideró que el estudio estaba exento de revisión.